Revocación y gobierno mágico
“Milenio”. Revocación y gobierno mágico. Por Guillermo Valdés Castellanos
Aprobar la revocación del mandato sería un cambio negativo de enorme trascendencia en el funcionamiento del sistema político, pues significa introducir una consulta-elección para decidir si el mandato del presidente, electo por seis años, se interrumpe o continúa, lo cual modificaría para mal la lógica del gobierno. Para no ser destituido a los tres años, el jefe del Ejecutivo tendría que dedicarse a mantener un nivel de aprobación social elevado, lo que significa que no haría cosas que pudieran reducirlo. Sin embargo, gobernar bien implica, en muchas ocasiones, tomar decisiones contrarias a la popularidad del mandatario. Ejemplos sobran: aumentar impuestos o precios de los energéticos nunca será popular, pero en ocasiones es indispensable, pues no hacerlo pudiera provocar crisis económicas posteriores.